Los Texas Rangers han hecho historia al ganar su primer campeonato de las Grandes Ligas en la Serie Mundial 2023 al vencer a los Arizona Diamondbacks en un emocionante juego que culminó 5-0. Este triunfo marca un hito en la historia del béisbol, ya que los Rangers habían perdido en las ediciones de 2010 y 2011 ante los San Francisco Giants y los St. Louis Cardinals, respectivamente.
El partido definitivo fue un enfrentamiento de alto calibre, con el abridor Nathan Eovaldi de los Rangers manteniéndose invicto en la postemporada. En contraste, Zack Gallen de los Diamondbacks sufrió su tercera derrota en los playoffs. Eovaldi lanzó durante seis entradas, ponchando a cinco bateadores de los D-Backs y permitiendo cinco hits.
A lo largo del juego, los Diamondbacks tuvieron oportunidades para anotar, pero los Rangers se defendieron de manera magistral en momentos cruciales. En particular, Arizona dejó a 11 corredores en base y nueve en posición de anotar a lo largo del partido.
La ofensiva de los Rangers finalmente encontró su ritmo en la séptima entrada, cuando lograron su primer imparable del juego. Corey Seager conectó un sencillo, seguido de un doblete de Evan Carter y un hit productor de Mitch Garver, que abrió el marcador con la única carrera del partido.
El relevista Kevin Ginkel de los Diamondbacks desafió a los Rangers en la séptima y octava entradas, logrando los outs necesarios para mantener la esperanza de Arizona. Sin embargo, un error de Alek Thomas en el campo permitió a los Rangers anotar dos carreras más.
El momento decisivo llegó en la parte alta de la novena entrada cuando Marcus Semien de los Rangers conectó un poderoso jonrón que aseguró la victoria y consolidó el título de los Texas Rangers en la Serie Mundial 2023.
El lanzador Josh Sborz fue fundamental en el cierre del partido al lograr el salvamento y ponchar a Ketel Marte de los Diamondbacks, quien tenía la racha más larga de imparables en una sola postemporada. Este triunfo marca un hito en la historia de los Texas Rangers y seguramente será recordado como uno de los momentos más emocionantes en la historia del béisbol.
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