Fanáticos de los Yankees reciben castigo histórico tras interferir en la Serie Mundial

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La MLB ha impuesto un castigo ejemplar a dos aficionados de los Yankees de Nueva York que interfirieron en el cuarto juego de la Serie Mundial, celebrado el pasado 29 de octubre en el Yankee Stadium. Los involucrados, identificados como Austin Capobianco y John P. Hansen, han sido sancionados con una prohibición indefinida de acceso a todos los estadios y propiedades de las Grandes Ligas, una medida sin precedentes en la historia reciente de la liga.

El incidente ocurrió durante la primera entrada del partido, cuando el jardinero de los Dodgers de Los Ángeles, Mookie Betts, intentaba atrapar una pelota cerca de la barda. En ese momento, Capobianco sujetó la muñeca de Betts mientras Hansen intentaba sacar la pelota de su guante. Esta acción no solo puso en peligro la integridad física del jugador, sino que también alteró el desarrollo normal del juego, generando una fuerte reacción por parte de la MLB.

En una carta enviada a los fanáticos y obtenida por el New York Post, la liga dejó clara su postura: "Basándonos en su conducta, Major League Baseball les prohíbe indefinidamente el acceso a todos los estadios, oficinas y demás instalaciones de la MLB". Además, se les advirtió que cualquier intento de ingresar a las propiedades de la liga será considerado allanamiento, con el riesgo de enfrentar cargos legales.

Inicialmente, la sanción se limitaba al Yankee Stadium, pero la MLB decidió extenderla a todas sus instalaciones como un mensaje contundente a los aficionados. Este castigo subraya la importancia de respetar a los jugadores y las reglas del juego, y establece un precedente para evitar futuros incidentes de este tipo.

La seguridad de los jugadores es una prioridad absoluta para las Grandes Ligas, y este caso demuestra que no se tolerará ninguna acción que comprometa su bienestar. Con esta decisión, la MLB refuerza su compromiso de garantizar un ambiente seguro y respetuoso en cada estadio, recordando a los fanáticos que su comportamiento puede tener consecuencias graves si cruzan los límites establecidos